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jueves, 19 de mayo de 2011

LOMBRICULTURA A MAS DE 3600 MTS. SOBRE EL NIVEL DEL MAR, ABONO ORGÁNICO

Crían gusanos para ayudar a nutrir a 100 mil árboles

CIENCIA Alberto Pati creó una generación nueva de lombrices que se alimentan de residuos frescos, generando abono orgánico que sirve para fertilizar la tierra y los viveros.

Miriam Telma Jemio / La Paz - 18/05/2011


    Billones de lombrices producen abono para nutrir la tierra donde en pocos años se alzará un bosque de 100 mil árboles, sobre 2,5 millones de toneladas de basura del relleno sanitario de Mallasa.
    En varias piscinas, el agrónomo Alberto Pati tiene 100 toneladas de lombrices que se alimentan con los residuos orgánicos que recolectan las vendedoras de nueve mercados de La Paz. La comida para los generadores de humus (abono orgánico) también proviene de la poda de las áreas verdes de la urbe y los desechos del matadero municipal y el zoológico.
    Desde hace cinco años, Pati dedica al menos diez horas diarias a investigar y experimentar para cumplir con su desafío: convertir en un bosque todo el relleno de Mallasa. 
    Luego de probar con varios tipos de plantas, encontró que el pasto llamado kikuyo es el más resistente a los lixiviados (líquido que escurre de la basura) y la sequía. 
    “Necesitamos especies que no requieran de agua, ya que si regamos produciríamos lixiviados”, argumenta el inquieto agrónomo, que también hace de guía mostrando las aplicaciones de sus cinco investigaciones. 
    Hasta hoy, ya cubrió con kikuyo las 40 hectáreas de las celdas de basura. Mientras toma en sus manos el pasto seco, explica que el mismo se mantiene sólo con el agua de la época de lluvia. 
    Y para continuar sembrando, plantó el pasto en seis “canchas semilleras” de kikuyo. En ellas tienen su momento de esparcimiento los trabajadores del lugar, que se los distingue por los overoles y sombreros azules que visten.
    El naciente bosque
    Una colorida jardinera con cactus adorna el ingreso al lugar. Es la muestra del trabajo que hace Pati en el proyecto de cierre del relleno sanitario de Mallasa, para el que la Alcaldía de La Paz contrató a la empresa Tersa hace cinco años. 
    Dentro del recinto, hay otros espacios verdes similares donde resaltan las rosas verdes y los tártagos rojos, que ornamentan el lugar, alfombrado de tierra. 
    Ya no se siente el nauseabundo olor que caracterizaba al relleno. Eso se debe, según Pati, a que los 40.000 árboles ya plantados purifican el aire y el mal olor.
    El relleno contiene 62% de materia orgánica, lo que genera lixiviado y biogás. Ese mal olor provocó el reclamo de los pobladores de la zona, lo que derivó en el cierre del recinto a fines de 2004. 
    El futuro bosque ya está en crecimiento en la zona de amortiguamiento, cerca de las celdas de basura cubiertas por el kikuyo. Son árboles de rápido crecimiento y resistentes a la sequía, reitera Pati, quien eligió cipreses, eucaliptos, acacias y álamos para el lugar.
    En el bosque “botánico silvipastoril autosostenible”, como lo llama el agrónomo, también hay árboles nativos como el molle, las queñuas y las kiswaras, que son de lento crecimiento. El mismo tendrá accesos con áreas decorativas que harán agradables los paseos.
    Tersa tiene cinco años más para cumplir con su contrato. “Pero ya dentro de tres años los árboles empezarán a flamear como banderas”, adelanta Pati, quien así tendrá dos años más para hacer las correcciones que requiera su proyecto.
    Nueva especie de lombrices 
    Pati defendió su tesis hace diez años planteando tratar la basura con lombrices y generar abono para mejorar el suelo infértil. Tuvo el apoyo de Swisscontac.
    Le fue difícil manejar a las lombrices, sobre todo porque se las tiene que alimentar con un precompostado, materia orgánica sin acidez, ni alcalinidad que tarda ocho meses en ser generada. 
    Luego de su tesis, inició su estudio para alimentarlas de manera más simple, con materia orgánica en estado fresco, sin procesarla. 
    Tras tres años de experimentar y de perder miles de lombrices, logró reproducir gusanos que se adaptaron a las nuevas condiciones de alimentación, es decir soportaban las heces y la sangre.

    100

    toneladasde lombrices se alimentan con residuos orgánicos de merca- dos de la zona Sur.
    La teoría dice que eso les hace daño, remarca. Pero él creó una nueva especie que se alimenta con residuos orgánicos frescos. En 2003, generó dos toneladas de lombrices que fue alimentando con estiércol, la poda de flores y frutas en descomposición.
    Los gusanos se reprodujeron en tal cantidad, que ya fue dificultoso alimentarlos para que produzcan humus, por eso Tersa se hizo cargo de los desechos del matadero municipal.
    La necesidad de comida de los gusanos se cubre con dos toneladas diarias de los cuernos, sangre, pezuñas y grasas. Los “ecomercados” aportan con tres toneladas a la semana y la poda de áreas verdes con 200 toneladas. Y ahora también Stege y PIL aportan con grasas.
    Las 100 toneladas de gusanos que ahora tiene ya generaron 600 toneladas de humus, que cubre la demanda para plantar los 200 mil árboles (estima que 100 mil morirán en el proceso) y las jardineras que requiere ese relleno. El excedente irá al relleno sanitario de Alpacoma, que debe realizar el mismo proceso de cierre, y a las áreas verdes de la ciudad. Espera trasferir su tecnología, ya patentada, a los agricultores para que ellos mismos produzcan el abono y mejoren su producción. 
    Con su tecnología produce humus en 15 días, el convencional requiere más de un año en el altiplano. Con la lumbricultura que practica Pati “hay dos ganancias”, dice. Al reciclar los residuos orgánicos se ahorra espacio y se da más vida útil al relleno sanitario y, además, se fertiliza los suelos degradados. (leer mas...)

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